Es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento sostenido de los niveles de azúcar en la sangre y que provoca en el tiempo daño y alteraciones en la circulación sanguínea y la función de diversos órganos (ojos, corazón, riñón, nervios, piel), lo que determina la aparición de síntomas, el compromiso de la calidad de vida y la mortalidad asociada.
Se distinguen tres formas clínicas de diabetes: tipo 1, tipo 2 y gestacional (la que se presenta en la mujer embarazada), siendo sus causas y los factores de riesgo diferentes para cada tipo. La hiperglucemia que se observa en la diabetes se produce porque la insulina (hormona producida en el páncreas responsable del metabolismo de la glucosa) no se produce y está absolutamente ausente (DM tipo 1) o solo hay un déficit en su cantidad o una alteración en la respuesta de las células del organismo a la acción de la insulina (DM tipo 2). La diabetes tiene alta prevalencia (7 a 8% de la población adulta aproximadamente).
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